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Cuidados en Casa del Resfriado Común en Niños

Cuando un niño tiene un resfriado, uno de los aspectos más importantes para su recuperación es mantenerlo bien hidratado. El cuerpo pierde líquidos más rápidamente cuando está enfermo, especialmente si hay fiebre o mucosidad. Asegúrate de que tu hijo beba suficiente agua durante el día. Además de agua, los líquidos tibios como el caldo de pollo o el té sin cafeína pueden ser particularmente reconfortantes. Estos no solo ayudan a mantener la hidratación, sino que también pueden aliviar el malestar en la garganta y reducir la congestión. Evita las bebidas azucaradas o con cafeína, ya que pueden deshidratar más al cuerpo.

El descanso adecuado es otro pilar fundamental en el manejo de un resfriado en casa. Cuando el cuerpo está luchando contra una infección, necesita conservar energía, y el descanso es crucial para este proceso. Anima a tu hijo a que descanse tanto como sea posible. Mantén un ambiente tranquilo en casa y asegúrate de que tenga acceso a actividades relajantes, como leer un libro o ver una película tranquila. Incluso si tu hijo normalmente es activo, el descanso adicional le ayudará a recuperarse más rápidamente.

La humidificación del ambiente es una medida simple pero efectiva para aliviar la congestión nasal, que es uno de los síntomas más incómodos de los resfriados. Usar un humidificador de vapor frío en la habitación de tu hijo puede ayudar a mantener las vías respiratorias húmedas, lo que facilita la respiración y reduce la irritación en la nariz y la garganta. Además, el aire húmedo puede prevenir que las mucosas se sequen, lo que es especialmente útil durante la noche. Asegúrate de limpiar el humidificador regularmente para evitar la acumulación de moho o bacterias.

Aliviar la fiebre es una preocupación común entre los padres cuando su hijo tiene un resfriado. Aunque una fiebre baja es parte de la respuesta natural del cuerpo para combatir infecciones, puede hacer que tu hijo se sienta incómodo. Consulta con tu pediatra sobre el uso de medicamentos como paracetamol o ibuprofeno para reducir la fiebre y aliviar el dolor asociado. Es importante seguir las dosis recomendadas y nunca administrar aspirina a un niño, ya que puede causar efectos secundarios graves. Además, asegúrate de que tu hijo esté descansando bien y manteniéndose hidratado, lo que también puede ayudar a manejar la fiebre.

Además de estos cuidados específicos, es fundamental crear un ambiente cómodo y tranquilo en el hogar. Mantén la temperatura del cuarto agradable, sin que esté demasiado caliente ni demasiado fría, y proporciona mantas ligeras para que tu hijo se sienta seguro y cómodo. Reducir el ruido y la luz en la habitación también puede facilitar el descanso y ayudar a tu hijo a dormir mejor, lo que es crucial para su recuperación.

Finalmente, recuerda que el cariño y la atención son tan importantes como los cuidados médicos. Los niños suelen sentirse vulnerables cuando están enfermos, y el apoyo emocional puede ser tan reconfortante como cualquier medicamento. Pasar tiempo con tu hijo, leyendo juntos o simplemente estando cerca, puede hacer que se sienta más seguro y ayudarle a sobrellevar los síntomas del resfriado con mayor facilidad. Aunque los resfriados son comunes y generalmente no son graves, tu presencia y cuidado son esenciales para que tu hijo se recupere lo más rápido posible.

Preguntas Frecuentes

Tu hijo debe beber suficiente agua para mantenerse bien hidratado. Una buena regla general es ofrecerle líquidos con frecuencia, incluso si no tiene mucha sed. Además del agua, los líquidos tibios como caldo de pollo o té sin cafeína también son beneficiosos.
Los líquidos tibios, como el caldo de pollo, el té sin cafeína y el agua tibia con miel (solo para niños mayores de un año), pueden ser especialmente reconfortantes para la garganta y ayudar a aliviar la congestión.
Es importante que tu hijo descanse tanto como lo necesite. El descanso ayuda al cuerpo a combatir la infección. Asegúrate de que duerma bien por la noche y permita tiempo para siestas durante el día si se siente cansado.
Si tu hijo respira más fácilmente, tose menos durante la noche y se despierta con menos congestión nasal, es probable que el humidificador esté funcionando bien. Es importante limpiar el humidificador regularmente para evitar la acumulación de moho.
Debes considerar darle paracetamol o ibuprofeno a tu hijo si tiene fiebre que le cause malestar o dolor. Siempre consulta con el pediatra para obtener las dosis correctas según la edad y el peso de tu hijo.
Sí, es normal que la fiebre fluctúe durante un resfriado. Sin embargo, si la fiebre supera los 38.5 °C (101.3 °F) o dura más de tres días, consulta a un médico.
Mantén la habitación de tu hijo a una temperatura agradable, proporciona mantas ligeras y evita el ruido y la luz intensa. También es útil ofrecerle actividades relajantes como leer un libro o escuchar música suave.
Debes consultar al médico si los síntomas empeoran, como si la fiebre dura más de tres días, si la tos se vuelve persistente o si tu hijo muestra signos de dificultad para respirar. Estos pueden ser indicativos de una complicación y requieren atención médica.

Resumen y Recomendaciones

Mantén la Hidratación: Asegúrate de que tu hijo esté bebiendo suficientes líquidos, como agua, caldos tibios o té sin cafeína. La hidratación es clave para aliviar la congestión y mantener el cuerpo fuerte mientras combate la infección.

Fomenta el Descanso: El descanso es esencial para que el cuerpo de tu hijo se recupere de un resfriado. Anímalo a dormir bien y a tomar siestas si lo necesita. Evita actividades físicas intensas hasta que se sienta mejor.

Utiliza un Humidificador: Mantén el aire de la habitación húmedo con un humidificador de vapor frío, especialmente durante la noche. Esto ayudará a aliviar la congestión nasal y hará que la respiración sea más fácil.

Monitorea la Fiebre: Si tu hijo tiene fiebre, consulta con su pediatra sobre el uso de paracetamol o ibuprofeno para reducirla y aliviar el malestar. Siempre sigue las dosis recomendadas y nunca administres aspirina a un niño.

Proporciona un Entorno Tranquilo: Crea un ambiente cómodo y relajado para que tu hijo descanse. Mantén la habitación a una temperatura agradable, con poca luz y ruido, para facilitar el sueño y la recuperación.

Evita la Propagación del Resfriado: Enseña a tu hijo a lavarse las manos con frecuencia, a cubrirse la boca al toser o estornudar, y a evitar compartir utensilios o juguetes con otros niños mientras está enfermo.

Confía en tu Instinto: Como padre, conoces mejor que nadie a tu hijo. Si algo en su comportamiento o en sus síntomas te preocupa, no dudes en consultar al médico para obtener orientación.

Proporciónale Cariño y Apoyo: Los resfriados pueden hacer que los niños se sientan malhumorados o vulnerables. Tu atención y afecto les brindarán el consuelo que necesitan para superar el malestar y recuperarse más rápido.

*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.

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