Hola, ¿cómo estás? Soy la doctora Ximena González Calimayor y hoy vamos a platicar un poquito acerca de la dermatitis atópica, un tema que seguramente has escuchado bastante, ya que es muy frecuente en niños, aunque también puede manifestarse a cualquier edad.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que provoca enrojecimiento y comezón intensa. Esta condición suele tener períodos de exacerbación —donde los síntomas se intensifican— y períodos de mejoría. Muchas veces, la dermatitis atópica puede presentarse junto con otras enfermedades como asma o rinitis alérgica.
Los síntomas varían de una persona a otra, pero generalmente incluyen piel seca, lesiones que causan picazón intensa (especialmente en la noche), manchas de color rojo a café-grisáceo en manos, pies, tobillos, muñecas, cuello, parte superior del pecho, párpados, y en la parte interna de los codos y rodillas. En bebés, suele aparecer en el rostro y cuero cabelludo. También pueden presentarse pequeñas protuberancias que supuran líquido al rascarse y forman costras, piel engrosada, agrietada y escamosa debido al rascado crónico, y piel sensible e inflamada.
La dermatitis atópica suele comenzar antes de los cinco años, y aunque puede persistir en la adolescencia o edad adulta, algunas personas experimentan períodos de remisión prolongada, incluso de varios años.
Si tú, tu hijo o algún familiar presentan estos síntomas, les recomiendo acudir a una de nuestras sucursales de Punto Clínico. Contamos con excelentes dermatólogos que pueden ayudarlos a controlar esta condición. Como siempre les digo: no dejen su salud para mañana. ¡Actúen hoy!
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que provoca principalmente enrojecimiento y comezón. Aunque es más frecuente en niños pequeños, puede presentarse en cualquier etapa de la vida.
Esta condición es de naturaleza crónica y suele tener periodos de exacerbaciones y remisiones. Además, puede asociarse a otras enfermedades atópicas como asma o rinitis alérgica, formando parte de lo que se conoce como el “marcho atópico”.
Los síntomas de la dermatitis atópica incluyen sequedad extrema de la piel, lesiones rojizas o grisáceas, picazón intensa (especialmente por la noche), piel engrosada y agrietada, y la formación de costras tras el rascado. En bebés es más común observar las lesiones en el rostro y cuero cabelludo, mientras que en adultos predominan en áreas como el cuello, muñecas, tobillos y pliegues de codos y rodillas.
El diagnóstico de la dermatitis atópica suele ser clínico, basado en los síntomas y la evaluación de un especialista en dermatología. En casos específicos, pueden solicitarse pruebas adicionales para descartar otras condiciones.
Un tratamiento adecuado incluye hidratación constante de la piel, control del rascado, evitar factores desencadenantes y en algunos casos el uso de medicamentos como corticosteroides tópicos o moduladores inmunológicos. La intervención médica temprana mejora el pronóstico y la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
La dermatitis atópica es una condición que requiere manejo especializado para evitar complicaciones como infecciones o cicatrices. La hidratación constante, el control del rascado y el seguimiento médico periódico son fundamentales para mantener la piel sana y reducir las exacerbaciones.
En Punto Clínico, nuestros dermatólogos cuentan con la experiencia necesaria para diagnosticar y tratar la dermatitis atópica de manera personalizada. No esperes a que los síntomas empeoren: agenda tu cita hoy y empieza a mejorar tu calidad de vida.
*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.