Hola, ¿cómo estás? Soy la doctora Jimena González Cal y Mayor, y hoy vamos a platicar sobre un tema del que, en todos estos años haciendo videos con Punto Clínico, nunca había hablado: la disautonomía, también conocida comúnmente como síncope vasovagal.
Hay muchas personas que sufren de falta de energía o fatiga constante, y que podrían pensar que se trata de anemia, un problema de tiroides o incluso algo emocional como la depresión. Sin embargo, en algunos casos, se trata de disautonomía. Estas personas pueden tener desmayos frecuentes, lo cual siempre debe evaluarse para descartar otras causas.
El sistema nervioso autónomo es el encargado de regular funciones vitales como la frecuencia cardiaca, la respiración, la temperatura corporal y la presión arterial. Cuando hay una falla en el control de la presión —por ejemplo, al ponerse de pie—, se puede producir una caída repentina de presión que desencadena un desmayo. Esto es lo que conocemos como disautonomía.
Existen diferentes formas en las que se puede presentar. Algunas personas no toleran estar de pie mucho tiempo, se sienten mareadas o frías. Otras tienen desmayos desencadenados por ver sangre o al estar en lugares muy concurridos o calurosos, donde puede aparecer un cuadro similar al síncope por ansiedad. También se puede presentar en personas con problemas gastrointestinales, como el reflujo, o en quienes tienen hiperlaxitud articular (por ejemplo, personas que son muy “flexibles” o que se doblan con facilidad).
Generalmente, la disautonomía afecta a hombres y mujeres, pero es más frecuente en mujeres, y muchas veces empieza durante la adolescencia. Se puede confundir fácilmente con depresión o ansiedad, por eso es importante consultar a un especialista.
La disautonomía no se cura, pero se puede controlar. Existen varias recomendaciones que ayudan a prevenir los episodios:
Mantenerse bien hidratado
Evitar el consumo de alcohol y ambientes calurosos
Usar ropa ligera y fresca
No levantarse bruscamente
Evitar estar mucho tiempo de pie (por ejemplo, en el transporte público o haciendo filas)
Comer bien y a sus horas
Dormir lo suficiente
También es importante saber que sí existen medicamentos, pero deben ser prescritos por un cardiólogo, ya que se requiere una evaluación completa para determinar el tratamiento adecuado.
Para el diagnóstico se pueden usar pruebas como el Tilt Test o mesa vasculante, donde el paciente se acuesta en una camilla especial, se le mide la presión y el pulso en distintas posiciones, y se busca reproducir los síntomas de desmayo en un ambiente controlado.
Si durante el estudio el paciente presenta síntomas como sudoración fría, visión borrosa, mareo, zumbido en los oídos, o sensación de desmayo, se recomienda acostarse inmediatamente, elevar las piernas y respirar con calma. En algunos casos se puede complementar el diagnóstico con estudios como electrocardiogramas.
En resumen, si tú o alguien cercano tiene estos síntomas, acudan a un cardiólogo. En Punto Clínico contamos con excelentes especialistas que pueden ayudarte a controlar esta condición y mejorar tu calidad de vida. Recuerda mantenerte hidratado, evitar el estrés y cuidar tus hábitos. Si haces ejercicio, evita rutinas que te hagan sentir mal —como elíptica, en algunos casos—, pero caminar o hacer pesas puede ayudarte mucho.
Cada persona es diferente, y aunque no hay una solución única, con el seguimiento adecuado es posible vivir bien con disautonomía.
Nos vemos en Punto Clínico, ¡y recuerda que tu salud siempre va primero! ¡Hasta luego!
La Dra. Jimena González Cal y Mayor nos habla en este video sobre la disautonomía, un trastorno del sistema nervioso autónomo que afecta la forma en que el cuerpo regula funciones vitales como la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal y la respiración. Aunque no es muy conocida, esta condición puede ser más común de lo que se cree, y muchas veces se confunde con anemia, hipotiroidismo, ansiedad o depresión.
Uno de los síntomas más característicos de la disautonomía es el desmayo repentino (síncope), especialmente al ponerse de pie, estar en ambientes calurosos, ver sangre o pasar mucho tiempo de pie. Las personas también pueden experimentar fatiga constante, sensación de mareo, intolerancia al calor, sudoración fría, visión borrosa, e incluso la sensación de que los sonidos se alejan justo antes de desmayarse.
Existen varios tipos y causas de disautonomía. Una de las más comunes es el síncope vasovagal, en el cual el cuerpo reacciona exageradamente ante ciertos estímulos bajando la presión arterial y la frecuencia cardiaca, lo que provoca el desmayo. Esta condición puede estar asociada con hiperlaxitud articular, problemas gastrointestinales como el reflujo, o simplemente con una respuesta exagerada del cuerpo a ciertos factores del entorno.
La disautonomía no tiene cura, pero sí se puede controlar con medidas como:
Mantenerse bien hidratado
Evitar el alcohol, el calor extremo y los ambientes cerrados
No permanecer mucho tiempo de pie
Levantarse lentamente
Comer bien y hacer ejercicio ligero
El diagnóstico debe ser realizado por un cardiólogo, quien puede solicitar estudios como el Tilt Test o mesa vasculante, donde se evalúa cómo reacciona el cuerpo a cambios de posición y a estímulos controlados. También se pueden usar electrocardiogramas para descartar otras condiciones cardíacas.
En resumen, si tú o alguien cercano ha tenido episodios de desmayo, cansancio excesivo, o mareos frecuentes, es importante acudir con un especialista. En Punto Clínico contamos con expertos en cardiología que pueden ayudarte a controlar esta condición y mejorar tu calidad de vida.
Si has experimentado desmayos, mareos frecuentes o fatiga sin causa aparente, no lo ignores. La disautonomía puede parecer inofensiva al principio, pero sin diagnóstico ni seguimiento adecuado, puede afectar tu calidad de vida. Ante cualquier sospecha, acude con un cardiólogo, quien podrá orientarte correctamente.
Recuerda que esta condición no se cura, pero sí se puede controlar. Llevar una buena hidratación, evitar el estrés térmico, alimentarte bien, dormir suficiente y hacer ejercicio de forma moderada puede ayudarte a sentirte mucho mejor. En Punto Clínico estamos listos para acompañarte en este proceso con un equipo médico especializado.
*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.