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Hola, ¿cómo estás? Soy la doctora Jimena González Cal y Mayor, y como han visto en nuestra página de internet, este mes de mayo vamos a estar hablando de todas las enfermedades cardíacas, o de la gran mayoría y las más frecuentes. Es importante mencionar que en México, cerca de doscientas veinte mil personas fallecieron por enfermedades cardiovasculares en el año 2021. De estas personas, ciento setenta y siete mil fueron por infarto cardiaco, que es algo que puede ser prevenible al evitar o controlar ciertos factores de riesgo, como por ejemplo el tabaquismo, la presión arterial elevada que no se sabe o no se trata adecuadamente, el colesterol elevado o la diabetes no controlada.

En el 2021, ocurrieron aproximadamente un millón cien mil defunciones por diferentes causas, de las cuales doscientas veinte mil fueron por enfermedades del corazón. De estas, el setenta y ocho por ciento correspondió a infartos cardiacos o a una condición que se conoce como cardiopatía isquémica. Además de esto, fallecieron alrededor de treinta mil personas por hipertensión arterial, conocida como el asesino silencioso, porque muchas veces no presenta síntomas evidentes o da algunos signos que no se perciben claramente.

Las enfermedades coronarias isquémicas afectan tanto a hombres como a mujeres por igual. Las enfermedades cardiovasculares más comunes son las arterias coronarias y cerebrales, mejor conocidas en términos médicos como accidentes cerebrovasculares o embolias cerebrales. Esta es una condición con alta prevalencia en mujeres. Otro problema que también puede ocurrir sería la estenosis aórtica, de una válvula del corazón, que también es una afectación bastante frecuente.

Hoy íbamos a hablar un poco más acerca del ataque al corazón o del infarto cardíaco. Este se produce cuando se bloquea o se reduce de forma grave el flujo de sangre que va a nuestro corazón, por lo general debido a una obstrucción causada por grasa, colesterol u otras sustancias en las arterias coronarias. Los depósitos de esta grasa, que contienen colesterol, se van a llamar placas de ateroma. Este proceso se llama aterosclerosis. A veces, hay una placa que puede romperse y formar un coágulo que va a bloquear el flujo de sangre, interrumpiendo el flujo correcto y destruyendo una parte del músculo de nuestro corazón. Esto es lo que pasa cuando hay un infarto o ataque cardíaco.

Si se produce un ataque al corazón, es necesario que, en el momento en que alguien tenga los síntomas que voy a mencionar a continuación, acuda a un servicio de urgencias para recibir un tratamiento oportuno. Los síntomas de un ataque pueden variar: en algunas personas pueden ser muy leves y en otras, muy graves. Algunas personas, tristemente, no presentan síntomas y tienen un infarto fulminante. Pero los síntomas más frecuentes de un ataque cardíaco son dolor en el pecho que puede sentirse como opresión, presión, dolor o molestias que se propagan hacia el hombro, brazo, espalda, cuello, mandíbula, e incluso los dientes. A veces, el dolor puede confundirse con indigestión, conocida en inglés como “heartburn”, que literalmente significa “quemazón del corazón”, por eso muchas personas están teniendo un infarto y piensan que tienen agruras. Otros síntomas incluyen sudoración fría, cansancio extremo, mareos repentinos, náuseas o falta de aire. Es importante mencionar que en adultos mayores es muy frecuente que, de repente, se sientan aturdidos o somnolientos y que presenten mucho dolor de espalda. En mujeres, los síntomas pueden ser diferentes, como dolor punzante o breve en el cuello, brazo o espaldas.

Como siempre les digo, no dejen su salud para mañana y recuerden que la medicina preventiva es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos. Estén muy bien, hasta luego.

Médicos Especialistas

Enfermedades Cardíacas

Las enfermedades cardíacas son un grupo de trastornos que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, y representan una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Abarcan una variedad de condiciones, incluidas las enfermedades coronarias, las enfermedades cerebrovasculares y las hipertensivas, entre otras. Estas condiciones pueden manifestarse de varias maneras, desde hipertensión arterial hasta ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, afectando a personas de todas las edades, géneros y etnias.

La cardiopatía isquémica, o enfermedad coronaria, es la forma más común de enfermedad cardíaca y ocurre cuando las arterias que suministran sangre al corazón se estrechan o se bloquean. Este estrechamiento es generalmente causado por la acumulación de placas de colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, un proceso conocido como aterosclerosis. Cuando el flujo de sangre al corazón se reduce significativamente o se detiene, puede resultar en un infarto de miocardio, comúnmente conocido como ataque al corazón, que puede ser fatal si no se trata de manera rápida y efectiva.

Los factores de riesgo para las enfermedades cardíacas son múltiples y variados. Incluyen factores modificables como el tabaquismo, la dieta pobre, la falta de ejercicio físico, el sobrepeso y la obesidad. También hay factores no modificables como la edad avanzada, la herencia genética y el género. En particular, las mujeres postmenopáusicas tienen un riesgo más alto debido a la disminución de los niveles de estrógenos que ejercen un efecto protector en las arterias. Además, condiciones crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial incrementan significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.

La prevención de las enfermedades cardíacas es fundamental y se puede lograr a través de cambios en el estilo de vida. Mantener una dieta saludable rica en frutas, verduras y granos enteros y baja en grasas saturadas y trans, realizar ejercicio regularmente y evitar el consumo de tabaco y la limitación del consumo de alcohol son pasos cruciales para reducir el riesgo. Además, manejar el estrés de manera efectiva y mantener un peso saludable son igualmente importantes para la salud cardiovascular.

El diagnóstico de las enfermedades cardíacas se realiza mediante una combinación de pruebas médicas, historial clínico y exámenes físicos. Las pruebas pueden incluir electrocardiogramas (ECG), pruebas de esfuerzo, ecocardiogramas y angiografías coronarias. Estas pruebas ayudan a detectar anomalías en la función y estructura del corazón y en la circulación de la sangre a través de las arterias coronarias.

El tratamiento de las enfermedades cardíacas puede variar según la gravedad y el tipo de enfermedad. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos, como los que reducen la presión arterial o diluyen la sangre, procedimientos quirúrgicos como la angioplastia y la inserción de stents, o en casos más graves, cirugía de bypass coronario. Además de estos tratamientos, la educación sobre el manejo de la salud cardíaca y las modificaciones en el estilo de vida son componentes integrales del tratamiento y la prevención de futuros problemas cardíacos.

La lucha contra las enfermedades cardíacas es una combinación de intervenciones médicas y cambios en el estilo de vida. Con un enfoque proactivo en la prevención y el tratamiento temprano, muchas personas pueden reducir significativamente su riesgo de enfermedades cardíacas o manejar eficazmente sus condiciones cardíacas existentes.

Preguntas Frecuentes

Las enfermedades cardíacas se refieren a varios tipos de condiciones que afectan el corazón y los vasos sanguíneos, incluyendo la cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, y enfermedades del músculo cardíaco, entre otras.
Los factores de riesgo incluyen la edad avanzada, ser de género masculino o una mujer postmenopáusica, tener antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, fumar, llevar una dieta pobre, la falta de ejercicio, y tener condiciones preexistentes como diabetes, hipertensión o colesterol alto.
Puedes reducir el riesgo mediante cambios en el estilo de vida, como adoptar una dieta saludable rica en frutas, verduras y granos enteros, realizar ejercicio regularmente, evitar el tabaco, limitar el consumo de alcohol y mantener un peso saludable.
Los síntomas comunes de un ataque cardíaco incluyen dolor o molestia en el pecho, dificultad para respirar, dolor en el brazo, espalda, cuello, mandíbula o estómago, y otros síntomas como náuseas, mareos o sudoración fría.
Las pruebas diagnósticas pueden incluir electrocardiogramas (ECG), pruebas de esfuerzo, ecocardiogramas, angiografías coronarias y análisis de sangre, entre otros, para evaluar la función cardíaca y la salud de los vasos sanguíneos.
Los tratamientos varían según la condición específica y pueden incluir medicamentos, como antihipertensivos o estatinas, intervenciones no invasivas como angioplastias, y procedimientos quirúrgicos como el bypass coronario, dependiendo de la severidad de la enfermedad.
Muchas formas de enfermedad cardíaca pueden ser gestionadas eficazmente con tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida. Aunque algunas condiciones pueden requerir manejo a largo plazo, muchas personas viven vidas largas y saludables con el tratamiento adecuado.
La medicina preventiva es crucial porque ayuda a identificar y tratar factores de riesgo antes de que causen enfermedades cardíacas. Además, las intervenciones tempranas pueden prevenir complicaciones graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Resumen y Recomendaciones

  • Mantén un Control Regular con el Médico: Realiza chequeos médicos regulares para detectar cualquier factor de riesgo o signo temprano de enfermedad cardíaca. Esto incluye pruebas de colesterol, presión arterial y evaluaciones del riesgo cardíaco.
  • Adopta una Dieta Saludable: Consumir una dieta rica en frutas, verduras, fibras y granos enteros. Reducir la ingesta de grasas saturadas, grasas trans, sal y azúcares añadidos. Incorporar pescado en la dieta al menos dos veces por semana puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Realiza Ejercicio Regularmente: La actividad física regular, como caminar, nadar o andar en bicicleta, puede mejorar significativamente la salud del corazón. Apunta a un mínimo de 150 minutos de actividad moderada a la semana.
  • Evita el Tabaco y Limita el Alcohol: Fumar es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades cardíacas. Dejar de fumar puede reducir drásticamente tu riesgo. Además, limita el consumo de alcohol, ya que el exceso puede elevar la presión arterial y añadir calorías innecesarias.
  • Maneja el Estrés Eficazmente: El estrés crónico puede contribuir a problemas del corazón de varias maneras. Prácticas como la meditación, yoga o ejercicios de respiración pueden ayudar a manejar el estrés.
  • Controla tu Peso: Mantener un peso saludable ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. La obesidad está asociada con muchas enfermedades que afectan el corazón, incluyendo hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y apnea del sueño.
  • Monitorea y Gestiona Condiciones de Salud Crónicas: Si tienes diabetes, hipertensión arterial o colesterol alto, es vital gestionar estas condiciones con la ayuda de tu médico. Seguir las indicaciones de medicación y hacer cambios en el estilo de vida son esenciales para mantener estas condiciones bajo control.
  • Educa a Otros sobre la Salud Cardíaca: Comparte información y fomenta hábitos saludables dentro de tu familia y comunidad. La educación es una herramienta poderosa para prevenir enfermedades cardíacas.

*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.

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