Hola, ¿cómo están? Soy la doctora Jimena González Cal y Mayor, y hoy vamos a platicar acerca del golpe de calor. Debido a las altas temperaturas actuales en México, consideramos fundamental abordar este tema desde Punto Clínico.
El golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal aumenta de manera rápida y el cuerpo no logra regularla, lo cual puede ocasionar daños graves al cerebro y otros órganos vitales. Esto puede suceder durante actividades extenuantes bajo calor extremo, o simplemente por la exposición prolongada a altas temperaturas.
Los principales síntomas de un golpe de calor incluyen fiebre mayor a 40°C, cambios en el estado mental (confusión, dificultad para hablar), piel caliente o muy seca, sudoración excesiva, náuseas, vómitos, enrojecimiento de la piel, pulso acelerado, respiración rápida, dolor de cabeza, desmayos y convulsiones.
Ante sospecha de golpe de calor, se debe buscar atención médica inmediata. Mientras llega la ayuda, es fundamental enfriar a la persona con agua tibia-fría, colocar paños húmedos, retirar el exceso de ropa y ofrecer líquidos con electrolitos si la persona está consciente. Se deben evitar bebidas alcohólicas y con cafeína.
La prevención es clave: evitar exponerse al sol, usar ropa clara, hidratarse constantemente, proteger a los niños y adultos mayores, y seguir las recomendaciones de protección civil y sector salud. Recuerda, en Punto Clínico contamos con especialistas para atenderte de forma segura.
El golpe de calor es una emergencia médica que se presenta cuando el cuerpo es incapaz de regular su temperatura ante una exposición prolongada al calor o durante actividades físicas intensas en ambientes calurosos. La temperatura corporal puede elevarse por encima de los 40°C, lo que provoca fallos en órganos vitales y puede poner en riesgo la vida si no se atiende rápidamente.
Esta condición puede afectar a cualquier persona, aunque los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades crónicas y quienes trabajan al aire libre son los más vulnerables. El golpe de calor puede desarrollarse rápidamente sin necesidad de síntomas previos de agotamiento por calor.
Los síntomas principales incluyen fiebre alta, confusión, alteraciones del comportamiento, piel roja y seca, respiración acelerada, pulso elevado, vómito, náuseas, dolor de cabeza y, en casos graves, convulsiones o pérdida de la conciencia. Es fundamental reconocer estos signos temprano para actuar de inmediato.
El tratamiento inicial en casos sospechosos consiste en enfriar al afectado: trasladarlo a un lugar sombreado o ventilado, aplicar agua fresca sobre el cuerpo, ofrecer líquidos con electrolitos si puede beber y, sobre todo, llamar a servicios de emergencia. Nunca se deben administrar bebidas alcohólicas ni con cafeína.
La prevención del golpe de calor se basa en medidas sencillas pero efectivas: evitar actividades extenuantes durante las horas de mayor calor, usar ropa ligera y de colores claros, aplicarse protector solar, mantenerse hidratado y estar atentos a las alertas meteorológicas. La educación y la actuación rápida pueden salvar vidas.
El golpe de calor es una condición médica grave que requiere acción inmediata. Reconocer los síntomas y actuar de manera oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. No minimices señales como fiebre alta, confusión o pérdida de conciencia durante días de temperaturas extremas.
En Punto Clínico contamos con profesionales de la salud capacitados para atender emergencias relacionadas con golpes de calor y otras condiciones críticas. No pongas en riesgo tu salud ni la de tu familia: sigue las medidas preventivas y acude al médico ante cualquier signo de alarma.
*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.