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Hola, ¿cómo están? Soy la doctora Jimena González Calimayor y hoy vamos a hablar sobre un tema diferente, esta vez relacionado con la pediatría. Muchas veces abordamos temas de adultos, pero es importante conocer también enfermedades comunes en niños. Hoy vamos a platicar sobre una muy frecuente en pediatría: la roseola.

La roseola es una infección viral muy común que suele afectar a niños alrededor de los dos años de edad, aunque puede variar. Esta enfermedad se transmite de persona a persona y es más frecuente en niños pequeños que asisten a guarderías, clases o escuelas. También se le conoce como exantema súbito o sexta enfermedad.

Es importante mantener la calma porque, aunque genera alarma, no suele ser grave y sus síntomas desaparecen por sí solos. El tratamiento incluye medicamentos para controlar la fiebre y el uso de paños fríos.

Si tu hijo estuvo en contacto con otro niño con roseola, los síntomas pueden tardar en aparecer entre 7 y 10 días. El primer síntoma es fiebre alta, de 39 a 39.5 °C, que inicia de forma repentina y dura entre 3 y 5 días. Muchos padres se preocupan porque la fiebre no baja fácilmente, incluso con baños o medicamentos antipiréticos.

Una vez que la fiebre cede, aparece un salpullido o erupción rosada que empieza en el tronco y puede extenderse a brazos, piernas, cuello y cara. Además, puede haber irritabilidad, leve diarrea, disminución del apetito y ganglios inflamados.

Es muy importante que hablen siempre con su pediatra. No automediquen a sus hijos. Recuerden que los medicamentos infantiles se dosifican según el peso, y dar una dosis incorrecta puede ser peligroso. Por ejemplo, el paracetamol (Tempra) puede causar sobredosis si no se calcula adecuadamente.

Generalmente, la roseola no causa complicaciones, pero sí puede provocar convulsiones febriles, especialmente en niños menores de 4 años. Si notas que tu hijo presenta un comportamiento extraño durante la fiebre, como quedarse rígido, respirar diferente o parecer ausente, acude de inmediato al servicio de urgencias.

Finalmente, recuerden que el uso de paños fríos en zonas como el abdomen, ingles, axilas y frente ayuda a controlar la fiebre. No es necesario bañarlos con agua helada, solo usar agua fresca. Acompañado del medicamento correcto, esto puede ser muy útil.

Gracias por seguir viendo estos videos. Continuaremos hablando de enfermedades pediátricas. No olviden compartir esta información. ¡Hasta luego!

Médicos Especialistas

Pediatría

Roseola

La roseola infantil, también conocida como exantema súbito o sexta enfermedad, es una infección viral común en niños pequeños, particularmente entre los 6 meses y los 3 años de edad. Está causada principalmente por los virus herpes humano tipo 6 o 7. La enfermedad se caracteriza por una fiebre alta repentina que dura entre 3 y 5 días, seguida de la aparición de un salpullido rosado en el tronco, que puede extenderse a otras partes del cuerpo. Es altamente contagiosa, pero suele resolverse sola sin mayores complicaciones. En algunos casos, la fiebre puede provocar convulsiones febriles, lo que requiere atención médica inmediata. El tratamiento es sintomático e incluye antipiréticos y medidas físicas como paños húmedos.

Preguntas Frecuentes

Es una infección viral común en niños pequeños que provoca fiebre alta seguida de un salpullido.
Fiebre alta repentina, generalmente entre 39 y 39.5 °C, que dura de 3 a 5 días.
No suele ser grave, pero puede causar convulsiones febriles si la fiebre no se controla.
Aplicar paños fríos, mantener hidratación y acudir con el pediatra. No automedicar.
No, aparece generalmente después de que la fiebre desaparece.
Sí, se transmite por contacto directo con personas infectadas.
No, es causada por un virus, así que solo se tratan los síntomas.
Si hay convulsiones, dificultad para respirar o el niño no responde como de costumbre.

Resumen y Recomendaciones

Si notas que tu hijo presenta fiebre elevada que no cede con medidas comunes, acude cuanto antes con su pediatra. La fiebre es uno de los principales síntomas de la roseola, y si no se controla adecuadamente, puede derivar en complicaciones como convulsiones febriles. Nunca automediques ni ajustes las dosis sin supervisión médica, ya que los medicamentos para niños deben calcularse cuidadosamente de acuerdo con su peso.

Además, mantén al niño en reposo, bien hidratado y en observación constante. El uso de paños húmedos con agua fresca en zonas clave como frente, axilas, ingles y abdomen puede ayudar a controlar la fiebre. Comparte esta información con otras familias para que más personas estén informadas y preparadas ante esta enfermedad tan común en la infancia.

*Toda la información aquí contenida se publica con fines informativos y no reemplaza la evaluación de un(a) Médico(a) capacitado(a) para hacerlo. Todo método, procedimiento y/o equipo aquí descrito puede variar por médico y sucursal sin previo aviso. Ante cualquier duda, consúltanos directamente.

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